En otras entradas he hablado de alimentación y visión. ¡Nunca insistiré lo bastante! Porque cuando tenemos un problema de salud todos estamos muy dispuestos a tomar fármacos, suplementos, incluso a hacer ejercicio. Pero... ¿la
dieta? ¡Ay! Cambiar la dieta es algo muy duro que no todos estamos dispuestos a
hacer.
La dieta es
fundamental para una visión sana. No sólo nos ayudará, sino que potenciará cualquier terapia que sigamos.
Necesitamos una dieta alcalinizante y baja en
ácidos. ¿Qué es ácido? Todos los azúcares refinados y la comida basura, las carnes y el alcohol.
Aquí tenéis varios consejos:
- Reduce los azúcares refinados al máximo, la sal y las harinas blancas. Los edulcorantes como el aspartamo son terribles, muy tóxicos. Las bebidas dulces, también a evitar.
- Toma muchas verduras de colores y hojas verdes. Están llenas de antioxidantes.
- Toma buenas grasas (aceite de coco, de oliva, huevos, pescado, aguacate, nueces, semillas). Ojos secos y piel seca son signos de deficiencia de buenas grasas.
- Elimina las grasas trans y todos los fritos. Pasteles, donuts, patatas chips… Todo fuera. Nada hay más oxidativo que las comidas grasas y fritas. No frías el huevo, hazlo hervido o pochado. Si quieres grasa, toma buena mantequilla cruda. Freír es muy perjudicial. Sabe rico pero sus efectos son letales, terribles para la circulación y el corazón, empeoran la inflamación y la visión.
- Come proteína orgánica (carne, lácteos y huevos ecológicos). Es más caro, pero vale la pena.
- Controla el azúcar en sangre. Los picos de insulina son el primer factor de estrés oxidativo. Si a los problemas visuales añadimos trastornos metabólicos del azúcar, es mucho más difícil curarse.
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