sábado, 23 de abril de 2016

Células madre para la DMAE

La noticia es esperanzadora. Las células madre se están cultivando desde hace treinta años y su utilización para regenerar tejidos aumenta cada día.

Ahora, un equipo del centro Advanced Cell Technology, en Estados Unidos, ha ensayado con éxito un trasplante de células madre para regenerar la mácula en seres humanos.

El ensayo se ha realizado con 18 pacientes, 9 con degeneración macular asociada a la edad y 9 con distrofia macular de Stargardt. Primero se cultivaron células madre en laboratorio, se consiguió que se convirtieran en células de tejido retiniano y luego se trasplantaron a los pacientes.

Los resultados fueron los siguientes. De los 9 pacientes que padecían enfermedad de Stargardt, 3 mejoraron su agudeza visual, 4 la mantuvieron o la mejoraron ligeramente, uno empeoró y otro no llegó a los seis meses de seguimiento. De los 9 pacientes que padecían DMAE, 6 mejoraron sustancialmente su agudeza visual y 3 la mantuvieron o la mejoraron ligeramente. Es decir, que el trasplante de células madre mejoró de manera significativa al 75 % de los pacientes tratados, y en el resto de casos no empeoró su visión o la mejoró un poco. Cero resultados negativos.

Claro que el escaso número de personas hace que los científicos sean prudentes. Son demasiado pocos para establecer estadísticas, pero los resultados prometen.

La gran ventaja de las células madre es que pueden transformarse en cualquier célula especializada, conservando el ADN de la persona, por lo que no provocan rechazo al ser injertadas en otra parte del cuerpo. Sus riesgos son dos. Por un lado, su versatilidad puede hacer que se conviertan en células de una clase no deseada. Por otro, su capacidad proliferativa puede derivar en posibles tumores. Controlar estos factores es el desafío de los científicos. Pero las investigaciones avanzan en buen camino.

El ojo, según parece, es un órgano muy adecuado para probar las células madre, ya que al estar bastante aislado del sistema inmune disminuye el riesgo de rechazo. Por tanto, la oftalmología es un campo privilegiado donde desarrollar estas técnicas.

Creo que en los próximos años veremos muchos avances. A los pacientes se nos abren perspectivas insospechadas y muy alentadoras. ¡Que siga siendo así!


sábado, 9 de abril de 2016

5 tratamientos naturales para la DMAE

Médicos y pacientes batallamos desde hace años por frenar el avance de la degeneración macular cuando esta se manifiesta. Al menos, queremos detenerla y, si es posible, revertirla. Los fármacos hasta el momento solo han sido útiles para detener su avance en el caso de la degeneración macular húmeda o exudativa. Pero hay otros medios que pueden ayudar a regenerar el tejido ocular y, por tanto, a mejorar la visión contra todo pronóstico. Os animo a investigar y a probarlos, porque como paciente no me resigno a un veredicto médico cerrado. Pienso que la salud del cuerpo es algo muy complejo y que nuestra naturaleza está llena de posibilidades que la ciencia nunca llega a agotar del todo.

Lo primero es “no echar leña al fuego”. Sabemos que la degeneración macular puede estar causada por varios factores, así que el primer paso a dar es eliminarlos en lo posible. Hay uno inevitable, la edad. Pero el resto podemos controlarlos. Son, principalmente, el tabaco, una dieta pobre en antioxidantes, hipertensión, exposición a los rayos UV, malas digestiones que provocan una insuficiente nutrición y oxigenación celular. Sobre todo hay que evitar cuatro tipos de alimentos que dañan nuestra visión:
  • El café, que reduce el flujo de sangre a los ojos.
  • El alcohol, que daña al hígado y afecta a la visión.
  • Los azúcares refinados. 
  • Las grasas hidrogenadas y trans: todo tipo de fritos, grasas sólidas (mantecas, margarinas) y las añadidas a la comida procesada. Provocan inflamación, entorpecen la circulación sanguínea y perjudican la visión.

El siguiente paso es alimentar el tejido ocular con buenos alimentos. Recordemos: frutas y verduras antioxidantes, alimentos ricos en carotenoides, mucha agua y fibra, para hidratar y desintoxicar el cuerpo.

El tercer paso es suplementar la dieta con nutrientes reforzados. Esto está indicado especialmente en situaciones de complicaciones oculares y carencias nutricionales. Si no es así, con una buena dieta ya debería ser suficiente.

Cinco tratamientos naturales para la DMAE

  • Arándanos: son ricos en antocianinas, un potente antioxidante. Se necesitan unos 150 mg dos veces al día. Puedes tomarlos en extracto de cápsulas o tomar dos puñaditos de este fruto, fresco o desecado.
  • Luteína, 15 mg al día. Previene el daño oxidativo. Comprueba en la etiqueta del suplemento qué cantidad se incluye.
  • Ácido graso Omega 3, 1 gramo al día. Si lo tomas en cápsulas de aceites, procura que contengan al menos 400 mg de DHA. Los suplementos NuaDHA de la Dra. Mercedes Aguirre contienen más de 1000. También hay que vigilar que el aceite sea de calidad (certificado IFOS) y esté libre de metales pesados, otras grasas malas y ácido fitánico. Otro suplemento de calidad es Celavista, desarrollado por un médico. No conozco otros que puedan garantizar este nivel de calidad.
  • Astaxantina, otro potente antioxidante. Uno de los mejores suplementos de este nutriente, por su calidad, origen y pureza, es el Astaxin.
  • Zeaxantina, el tercer antioxidante especial para la vista, 3 mg al día.
(Fuente: http://draxe.com/6-natural-treatments-macular-degeneration/)

Hay suplementos que reúnen todos estos componentes y les añaden muchos más para que actúen en sinergia. He probado varios, todos son potentes y similares en su eficacia. Los que poseen mayor cantidad de nutrientes, y en mayor concentración, con diferencia, son el Eyemax Plus y el Eyewise de Lamberts. Ambos contienen 10 mg de luteína por comprimido.

La verdad es que, últimamente, y después de haber consumido muchos suplementos durante varios años, soy un poco más escéptico en cuanto a los nutrientes aislados y concentrados de forma artificial. He notado más mejoría tomando arándanos al natural y jugos de frutas. Creo que la base de la salud es el alimento. El suplemento es eso, una ayuda que puede ser beneficiosa de manera puntual o temporal, como un fármaco. Pero, salvo situaciones de carencia crónica, me parece que su toma no debería ser de por vida, sino ocasional. Lo mejor, a mi ver, es acostumbrarse a comer bien e invertir en buenos alimentos,  a ser posible orgánicos. De esta manera os aseguraréis de estar tomando la medicina más potente que existe, de forma sabrosa y natural, ¡tres y cuatro veces al día! Como decía Hipócrates, que tu alimento sea tu medicina.

domingo, 3 de abril de 2016

7 vitaminas para la degeneración macular

Estas vitaminas no resuelven ni curan un problema ya avanzado como el crecimiento de vasos sanguíneos en la retina, o las secuelas de intervenciones láser. Pero sí regeneran y oxigenan el tejido ocular y el medio en que crecen las células. Por tanto, pueden frenar el deterioro y ayudar a una mejora funcional de la visión. Yo procuro tomarlas regularmente, ya forman parte de mi dieta.

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La pérdida de visión parece algo inevitable a medida que la persona envejece, pero con una buena dieta puedes mantener una visión aguda durante más tiempo del que crees. Por ejemplo, las zanahorias y las verduras de hoja verde son algunos de los mejores alimentos para tus ojos, porque aportan antioxidantes y vitaminas, como la A, C y E, minerales como el zinc y carotenoides, como la luteína y la zeaxantina. Estos nutrientes protegen la mácula, el cristalino y la córnea, y reducen el daño causado por la inflamación y los radicales libres, que destruyen el tejido ocular.

A medida que envejecemos, los ojos son más sensibles al daño causado por un estilo de vida poco sano y un sistema inmune hiperactivo, que inunda el cuerpo de células defensoras y hormonas que dañan los ojos. ¿Cómo pueden las vitaminas ayudar a mantener tus ojos jóvenes y en forma? El estudio AREDS, un ensayo clínico patrocinado por el Instituto Nacional del Ojo (USA), descubrió que una dieta pobre en vitaminas era el factor de máximo riesgo para la degeneración macular asociada a la edad. Las vitaminas A, C, E y el zinc disminuyen notablemente el riesgo de las personas mayores, convirtiéndose en ingredientes clave para un tratamiento natural de la degeneración macular y las cataratas.

Se estima que la mitad de los adultos sufren algún tipo de cataratas a partir de los 75 años. Los alimentos anti inflamatorios y los ricos en antioxidantes tienen efectos positivos y preventivos contra estos trastornos oculares, incluyendo el glaucoma, que daña el nervio óptico. La retinopatía diabética es otra grave enfermedad de la vista que puede ser controlada con una dieta sana. Es la primera causa de ceguera entre adultos en edad laboral.

Muchas vitaminas son estupendas para regular los niveles de azúcar y las hormonas, además de absorber los rayos UV y otras radiaciones que dañan los ojos, como la luz azul de los aparatos electrónicos. Reduciendo la inflamación y la cantidad de luz azul y de rayos UV que impactan en los ojos, los antioxidantes preservan la salud de las células y previenen enfermedades para las que, actualmente, no hay cura.

¿Cuáles son las mejores vitaminas para tus ojos?

1.   Luteína

Un antioxidante llamado “la vitamina del ojo”. Protege los ojos y la piel. Es un carotenoide que se encuentra en los vegetales de hoja verde, la yema de huevo, los cítricos y las frutas y verduras de color naranja. Una vez consumida, es transportada por la sangre hacia la mácula y la lente del ojo. Según una investigación de la Universidad de Harvard, un suplemento de 6 miligramos de luteína al día puede reducir el riesgo de degeneración macular hasta un 43 %.

2.   Zeaxantina

Hay más de 600 tipos de carotenoides, pero solo 20 llegan hasta el ojo. La luteína y la zeaxantina son los más importantes, pues se encuentran en la mácula en gran cantidad. Como la luteína, la zeaxantina protege el tejido ocular, el cristalino y la mácula, aclara la visión y previene el deslumbre, la sensibilidad a la luz y las cataratas.

3.   Vitamina C

La vitamina C hace mucho más que curar catarros: ayuda a proteger tu visión combatiendo los radicales libres y ayudando a absorber otros minerales y nutrientes. Los estudios muestran que muchas personas tienen carencia de vitamina C. Esta es crucial para reparar tejidos dañados, reducir la inflamación y prevenir mutaciones celulares. Un estudio a largo plazo realizado con 3000 adultos de 43 a 86 años, demostró que los que tomaban suplementos multivitamínicos de vitamina C y E tenían un 60 % menos de cataratas que los que no tomaban.

4.   Vitamina E

Las vitaminas A, C y E trabajan juntas para mantener las células y el tejido fuerte y protegido de la inflamación. Estos antioxidantes, solubles en grasa, disminuyen el riesgo de degeneración macular asociada a la edad. Además, la toma de vitaminas A y E ha demostrado mejorar la visión en personas operadas con cirugía láser. Algunos estudios muestran que las personas que tomaban unos 400 UI de vitamina E al día, combinada con vitamina A (beta caroteno), vitamina C y zinc, mostraban un riesgo 25 % menos de desarrollar degeneración macular. En otro estudio del 2008, con 35 000 adultos, descubrió que los que tenían mayores niveles de luteína y vitamina E mostraban un riesgo significativamente menor de cataratas.

5.   Zinc

El zinc, en combinación con las vitaminas, protege la retina y previene la degeneración macular. Es uno de los elementos más importantes para facilitar la absorción de otros nutrientes, ya que está implicado en unos 100 procesos metabólicos, entre ellos la eliminación de residuos que ayuda a combatir la inflamación.

El zinc beneficia el tejido ocular porque favorece una buena división y un crecimiento sano de las células, manteniendo una correcta circulación, equilibrando las hormonas que previenen las reacciones autoinmunes y controlando las citoquinas inflamatorias que atacan el tejido. El cuerpo humano no puede sintetizar el zinc que necesita, así que debemos obtenerlo de otros alimentos, como el pescado, la carne cebada con pasto, las vísceras y las nueces.

6.   Vitamina A – beta caroteno

Según la Revista Americana de Oftalmología, necesitamos un aporte adecuado de vitamina A para prevenir la xeroftalmia y la ceguera nocturna, sobre todo si tenemos carencias nutricionales. La vitamina A es un antioxidante que previene la pérdida de visión causada por problemas degenerativos, como las cataratas y la degeneración macular. Varios estudios muestran que la vitamina A con otros antioxidantes ayuda a reducir el daño nervioso en la retinopatía diabética.

7.   Ácidos grasos omega 3

Los omega 3 aportan inmensos beneficios a muchos problemas de salud, porque son antiinflamatorios y pueden reducir el envejecimiento. Las personas con riesgo de tener deficiencia en omega 3 son aquellas que consumen muchos alimentos procesados, grasas hidrogenadas y los veganos o vegetarianos que excluyen el pescado de su dieta.

Los omega 3 son poderosos protectores del tejido ocular, por eso se suministran a personas con problemas de artritis o enfermedad cardíaca. Estabilizan los niveles de azúcar en sangre, reducen la respuesta inflamatoria, ayudan a combatir el daño ocular causado por la diabetes, mejoran la circulación y ayudan a prevenir la mutación celular.

Fuente de este artículo: boletín del Dr. Axe