domingo, 10 de mayo de 2015

Un año y tres meses

Una progresiva carrera hacia la mejora visual

La mente siempre va más deprisa que el resto de los órganos del cuerpo. Cuando sufres un accidente vascular en la retina, en la primera fase tienes miedo. Lo inesperado te hace sentir inseguro. Los capilares rotos distorsionan la visión y limitan seriamente tu actividad. Ver los rostros deformados y las líneas rectas onduladas asusta. El cerebro, acostumbrado a las formas nítidas y a los colores vivos, pasa de la belleza armoniosa a un mundo borroso, de formas desencajadas, colores apagados y letras que se desdoblan. La vista ya no se disfruta, el alma se encoge y te das cuenta de que los ojos te dan vida: son la puerta entre tu yo y el mundo exterior. Cuando la visión queda mermada un sentimiento de pérdida te invade. El ánimo cae y la vida parece perder su sabor.

Del susto a la aceptación

Poco a poco, con el tiempo, vas aceptando el bache y te das cuenta de que la vida sigue. Aunque limitado, sigues funcionando de otra manera y prácticamente puedes hacer lo mismo que antes. El daño en la retina ha desenfocado la visión central, pero puedes hacer muchas más cosas de lo que creías. Estás más atento, y es entonces cuando empiezas a valorar lo que tienes. De la fase del miedo pasas a la aceptación. Vemos con el cerebro, no con los ojos. El cerebro, siempre activo, pone en marcha sus mecanismos para compensar las deficiencias visuales. Te vuelves más creativo. Poco a poco, las aguas regresan a su cauce.

Y empieza otro momento, que supone un salto cualitativo. Comienzas a preguntarte por el sentido de lo que ha ocurrido e inicias un trayecto hacia lo más hondo de ti mismo.

El conocimiento

¿Por qué esa hemorragia en una zona tan delicada? ¿Y si mi vida era una especie de hemorragia interna y la lesión en el ojo no fue más que una consecuencia de tanta tensión acumulada? Antes vivía a gran velocidad y necesitaba reposo, aprender a ir con más fluidez por la vida, con menos estrés.

Empecé a pensar que tal vez había vivido demasiado volcado en los demás y sin tener suficiente espacio para mirar hacia adentro, para cultivarme humana y espiritualmente. Aprendí a ver que lo ocurrido en mi ojo no fue más que un aviso. Algo mucho más grave podía ocurrirme, un colapso de todo mi cuerpo, o un accidente que me pudiera paralizar. Pero Dios quiso que solo fuera una sombra que se interpuso entre mis ojos y la realidad, entre mi visión de la vida y el mundo que me rodea. Con el corazón más calmado pude reflexionar, meditar e incluso redescubrir la belleza que hay en el interior de cada persona. Lo de afuera es bello, pero cuando uno surca los mares de adentro descubre el reino del alma, que supera toda belleza.

Llegué a la conclusión de que ¡bendito accidente! porque ahora he aprendido a ver más allá de la visión física.  

Es cierto, he pagado un precio elevado. La falta de claridad visual está ahí, pero también he aprendido a solidarizarme con las personas que sufren problemas oculares. El objetivo de este blog ha sido precisamente este: compartir y enseñar a otros todo cuanto he aprendido, conocer a fondo cómo funcionan los ojos y estar al día de los avances de la ciencia oftalmológica en busca de terapias eficaces.

He aprendido a cuidarme, a cambiar de estilo de vida, a alimentarme bien. He descubierto la maravilla de esas dos perlas conectadas al cerebro, que se ocupa de dar forma a las señales nerviosas que recibe de ellas. He pasado de la fase del susto a la de la aceptación, y de esta al conocimiento y a la fase más filosófica, de preguntas y reflexión.

Pasar a la acción consciente

Pero aún hay otra fase, tan importante como las anteriores, que creo que es definitiva para no quedarse en la mera introspección ni en la elucubración filosófica. Es la fase realista: además del tratamiento médico, hay que tomar medidas y hacer todo lo posible para mantener la visión o incluso mejorarla. Y esto pasa por ser muy consciente de todo cuanto se hace y cómo se hace. Qué comemos, qué hábitos hemos de revisar, qué sentimos, cómo afrontamos el día a día… En definitiva, se trata de establecer una jerarquía de valores para conseguir una mejora continua, aunque lenta, de la visión.

Tan importante es cuidar el cuerpo como las emociones, los sentimientos y las relaciones con los demás. Cómo trabajas y cómo cuidas tu alma, aunque no lo parezca, tiene mucho que ver con la visión del mundo y la visión de tus ojos. Pues la vista está relacionada con lo que eres, con lo que sientes, lo que piensas y haces. En definitiva, la salud visual depende de la salud global, de alma y cuerpo. Solo cuidando ambas podremos vivir armónicamente.

Nueve años después

Hace nueve años que tuve el trombo venoso ocular. Mi ojo izquierdo quedó muy débil y una parte de la retina quedó desnutrida por falta de oxígeno. Mi visión se redujo a un 40 %, muy deficitaria para lo que estaba acostumbrado a ver. Ha sido necesario este largo tiempo para conseguir la recuperación hasta un 80 %. Ahora, después de estos años, mi visión se está normalizando progresivamente. Tengo la esperanza de que cada vez sea mejor y en un futuro, con los avances de la oftalmología y un mayor cuidado de mis ojos, junto con otras terapias alternativas, se produzca una total recuperación. Después de un año y tres meses siguiendo un protocolo de homeopatía a rajatabla, ciñéndome a mi nuevo régimen alimenticio y cultivando mi vida interior, continúo mejorando sin tener que recibir inyecciones. Confío que llegará el día en que vea el milagro, aunque este ya se está produciendo. Espero el día en que ya no necesitaré más tratamiento porque habré logrado la meta: recuperar la visión de mi ojo izquierdo.

Ahora solo me queda la eterna y gozosa vigilancia. Todas mis constantes se han normalizado: la tensión, el peso, el colesterol. Mantengo a raya el estrés. El cambio se empieza a notar y la luz brilla más en mi alma. Disfruto con paz y calma interior la vida, recibiéndola cada día como un regalo y respondiendo agradecido. Ahora es el mejor momento. Ahora es la mejor situación.

A todos aquellos que seguís este blog, os digo: nunca os rindáis. Ante cualquier problema, tened coraje, mirad hacia adelante, sed tenaces y confiad que la solución del problema ya la tenéis dentro de vosotros. El tesoro de la salud es vuestro. Nos toca a cada uno hacer que aflore, no os dejéis caer en el desánimo. Dentro tenemos la potencia para la auto recuperación.

Cree en ti, en los demás, en la vida, y finalmente, cree en Dios. En él está el misterio del ser humano, que las ciencias nunca podrán agotar. Si enfocas la vida desde otra perspectiva, el ángulo de la visión sobre la realidad se te abrirá como nunca. ¡Ánimo!

domingo, 3 de mayo de 2015

Acupuntura y degeneración macular

Por su interés, extraigo estos textos de una entrevista al Dr. Andy Rosenfarb, acupuntor especializado en tratar problemas oculares con acupuntura y Medicina Tradicional China.

Importante: La acupuntura ocular no se aplica directamente en los ojos, sino en las zonas circundantes y en los puntos del cuerpo que reflejan órganos relacionados con la visión, incluidos el sistema circulatorio y nervioso.

¿Qué causa la degeneración macular?

De acuerdo con la Medicina China, las principales causas asociadas a la degeneración macular son los bloqueos de energía y de sangre. En términos físicos tenemos las llamadas drusas: cúmulos de calcio y colesterol en el ojo que constituyen la primera fase de la degeneración macular.

Tu oftalmólogo evaluará tus ojos. Te dirá que se está gestando una degeneración. Es lo que en Medicina China llamados estancamiento de energía o “chi”. La palabra “chi” designa la fuerza vital: la energía funcional del cuerpo. En este caso encontramos una congestión de energía y un estancamiento de la sangre, o circulación deficiente alrededor del ojo.

Otras causas subyacentes pueden ser una fragilidad del hígado o del riñón. Esto significa que nuestro metabolismo no funciona bien y nuestros fluidos corporales no circulan como deberían. Una disfunción hepática también se ve afectada por el deficiente flujo de sangre, líquidos y energía, y esto conduce paulatinamente a la degeneración macular.

¿Puede revertirse un proceso de degeneración macular?

El Dr. Rosenfarb afirma que sí. Pregunta a una persona con degeneración macular cuál es su experiencia y te contará algo así: Estoy sentado ante mi médico después de un examen y me dice: Parece que tienes degeneración macular. La mayoría de gente pregunta: ¿Qué es eso? Bien, responde el doctor, es una enfermedad incurable del ojo que comporta una pérdida progresiva de visión. ¿Qué? Suena tan mal como un diagnóstico de cáncer.

La siguiente pregunta es: ¿Qué puedo hacer? La respuesta convencional es: Nada. Puedes tomar algunas vitaminas o suplementos, pero no hay un tratamiento definitivo hasta la fecha, ni fármacos ni cirugía.

Hoy sabemos que las inyecciones de Lucentis o Avastine pueden detener y retrasar el proceso. Pero no son la solución definitiva. A largo plazo, estos fármacos son tóxicos y van quemando el tejido ocular.

Sin embargo, desde la persectiva de la Medicina China y la naturopatía hay muchas cosas que podemos hacer para recuperar visión y frenar el proceso degenerativo.

¿Cómo puede ayudarme la acupuntura ocular?

La investigación reciente ha mostrado que la acupuntura incrementa el flujo de sangre hacia los ojos y estimula el córtex visual, el área cerebral donde se produce la visión. Podemos comprobarlo mediante una ecografía Doppler: la acupuntura aumenta la circulación sanguínea hacia los ojos y hacia el cerebro. Podemos medir los efectos de esta terapia. ¿Por qué se producen? Todavía falta más investigación para llegar a conclusiones. Lo que sí sabemos es que en la mayoría de los casos se dan resultados positivos. Por tanto, es necesario investigar más para comprender el mecanismo de estas intervenciones.

¿Cuál es el grado de éxito de la acupuntura ocular?

Entre un 85 y un 90 % de los pacientes del Dr. Rosenfarb mejoran su visión en la primera ronda de tratamiento ―cinco días consecutivos de acupuntura―. Los pacientes con degeneración macular vienen con un grado de distorsión en su agudeza visual. Cuando llegan a la consulta pueden leer cierta línea de la plantilla de lectura. Al finalizar los cinco días, pueden leer entre 2 y 5 líneas más. Los pacientes con peor visión incluso pueden leer 6,7 u 8 líneas más. Los resultados dependen del grado de progresión de la enfermedad y del daño en la mácula. Pero lo importante es que las mejoras se producen.

¿Cómo se mide la eficacia del tratamiento de acupuntura en la visión?

Haciendo un test de agudeza visual al paciente, antes de empezar el tratamiento y después, así como una prueba de campo visual. Los pacientes con degeneración macular pueden sufrir desde una ligera distorsión hasta una pérdida total de visión central. Esto significa que tendrán dificultades para leer y distinguir los detalles, así como para conducir y reconocer caras. La agudeza y el campo visual determinan el grado de pérdida funcional. Por lo general, envío a mis pacientes a sus oftalmólogos para que les hagan una OCT y un examen de fondo de ojo para observar cualquier cambio o mejora estructural en su mácula. Queremos ver cómo progresan, si van a mejor o a peor. En resumen, utilizamos una combinación de tests funcionales junto con las pruebas que realizan los oftalmólogos y retinólogos para confirmar la estabilización y la mejora visual del paciente.

Para más información podéis consultar la página web del Dr. Rosenfarb.