domingo, 31 de julio de 2016

Dos enfoques distintos y complementarios

Ante una enfermedad degenerativa ocular, ¿qué podemos hacer y qué no? Aquí es donde la acupuntura y otras terapias tienen algo que decir. El concepto de «holístico» a veces suena un poco New Age, algo esotérico y misterioso. Pero ¿de qué estamos hablando?

Veamos qué puede hacer la acupuntura en las disfunciones de las células nerviosas del ojo. Actualmente se están realizando investigaciones y estudios para demostrar su eficacia.

Las células nerviosas del ojo

Tenemos células fotorreceptoras normales que funcionan: captan la luz, convierten la información en impulsos eléctricos y la envían al cerebro por medio del nervio óptico.

Tenemos células dormidas. Algo ocurre que las desconecta: puede ser que les falte oxígeno, o alimento, o ambos. No están muertas, su estructura permanece íntegra, pero están en coma. No funcionan. Son como un móvil sin batería. No tienen daño alguno pero están inactivas.

Podemos tener células dañadas, cuyo ADN ha mutado y han experimentado una degeneración. Su estructura no es correcta y funcionan mal, pero no están muertas. Simplemente no funcionan. Estas células provocan enfermedades oculares degenerativas y es aquí donde la acupuntura puede ayudar.

Finalmente tenemos tejido muerto o cicatrizado: este no se regenera, no podemos recuperarlo y por tanto marca el límite de lo que podemos hacer terapéuticamente hablando. Por eso hemos de procurar conservar el máximo de células vivas posibles y minimizar el tejido muerto.

Con las células dormidas y con las dañadas podemos actuar. Las pruebas oftalmológicas nos muestran que hay células dormidas. Desde la medicina china también encontramos este concepto de células en letargo. Una de las funciones de la acupuntura es justamente despertar estas células. ¿Magia? No es magia. Pronto veremos cómo funciona.

Podemos curar las células dañadas y despertar las dormidas. Lo que está muerto queda muerto, no podemos recuperarlo.

Diferencias entre el enfoque convencional y el enfoque holístico o integrativo

El enfoque integrativo consiste en utilizar lo que es necesario en cada caso. Se recurre a la medicina convencional cuando es apropiado. Ante una emergencia o un accidente, si es necesario practicar una cirugía, se hace. Si hay una infección aguda se puede cortar con medicamentos. Pero ante ciertas enfermedades crónicas o degenerativas de larga evolución los fármacos y los antiinflamatorios pueden ser muy perjudiciales: causan efectos secundarios, incluso aceleran la muerte. En estos casos un enfoque holístico puede ser más adecuado.

Enfoque convencional

En la medicina convencional el ojo es diagnosticado y tratado como un órgano aislado. Se miran sólo los ojos, no se hace una evaluación sistémica del paciente. Por ejemplo, una degeneración macular puede tener que ver con un problema cardiovascular de la persona. Esto no se tiene tanto en cuenta.

La visión es considerada un proceso natural que puede estabilizarse o empeorar. No hay otras opciones.

Los tratamientos convencionales pueden prescribir:
  • Lentes correctivas, gafas o lentillas.
  • Fármacos. Gotas para el glaucoma, para los ojos secos; esteroideos para la inflamación…
  • Cirugía. Procedimientos para reparar el desprendimiento de retina, láser, operaciones para reducir la presión ocular del glaucoma. A veces estas operaciones ayudan, otras veces empeoran la situación y causan daños colaterales, tejido muerto, etc.
  • Esperar a ver qué pasa. Cuando no hay otras opciones, sólo queda esperar mientras se van desarrollando otras terapias como la genética, o mejores fármacos o nuevas formas de cirugía. No queda más remedio que acostumbrarse. No es una buena opción. Pero muchas personas se resignan. Estamos aquí para educar a la gente y decirles que siempre hay algo que pueden hacer.

En el caso del glaucoma, la medicina china nos diría que hay tres factores que inciden en la alta presión ocular, y se pueden tratar de otra manera: circulación, inflamación y estrés oxidativo. Evidentemente, hay más métodos aparte de los fármacos y la cirugía. La medicina convencional no se ocupa de esto. No es preventiva.

El enfoque holístico

El cuerpo es un todo, no una suma de partes individuales.

Todo está conectado: la visión puede mejorar resolviendo procesos inflamatorios o deficiencias nutricionales que afectan a todo el cuerpo. Siempre hay una causa que dispara un proceso. Podemos hacer algo para ralentizar o frenar el proceso. La visión puede ser influida por otros sistemas del cuerpo: el hepático, el circulatorio, el linfático, los órganos desintoxicadores…

En un enfoque holístico no excluimos terapias convencionales, pero el enfoque convencional tiene ciertos límites. Cuando no hay fármacos, ni cirugía ni aparatos, no hay soluciones para el paciente. Y esto no significa que no haya nada más en el mundo que no pueda ayudarte.


Y aquí es donde la acupuntura y otras terapias holísticas pueden ayudarte.

sábado, 23 de julio de 2016

Ojo a los dientes

¿Qué tiene que ver nuestra salud dental con nuestra visión? Mucho más de lo que creemos. Este artículo es una interesantísima aportación de la Dra. Victoria Castañeda, odontóloga bioenergética. Nos habla de la relación entre los dientes y el ojo.


Todo comienza a las 24 horas de la fecundación, cuando una estructura celular llamada zigoto se desarrolla y crece según su programación genética para producir un bebé. Podríamos decir que esta es la primera relación entre la cavidad bucal y el ojo: son hermanos nacidos de la misma célula; como en una familia, lo que le suceda a uno pueda afectar al otro. Entre la quinta y sexta semana de vida intrauterina, los ojos, la nariz y la boca están perfectamente formados.

El ojo y la boca no solo se relacionan por su proximidad en el cráneo, sino por otras razones.

Conexión energética

Para la acupuntura materia y energía son dos polos que se complementan. La materia es la energía condensada, por tanto lo que suceda en ella es una manifestación de lo que sucede en un campo de información más sutil. La energía funciona a través de los meridianos o canales que reciben o entregan su energía durante las 24 horas del día sin interrupción. Muchos meridianos recorren la cabeza, comienzan  o terminan en ella, lo cual hace evidente que la boca y el ojo no solamente están conectados a nivel físico sino también energético.

La Medicina Tibetana, por ejemplo, considera que el ojo aporta información de lo que sucede en el cuerpo, en este caso particular nos puede indicar qué diente está relacionado con el problema ocular.

Odontología neurofocal

La odontología neurofocal trata de los campos interferentes o focos presentes en el Odonton (diente y tejidos que lo rodean) que  son capaces de producir alteraciones a distancia. Muchas formas de inflamación intraocular y de las estructuras de sostén adyacentes están relacionadas con quistes bucales, granulomas, abscesos crónicos, caries profundas, restos de raíces, inflamación de encías, etc.

La teoría infecciosa

La teoría infecciosa considera la sepsis bucal como un factor importante para explicar varias afecciones oculares, entre ellas las uveítis infecciosas, a las cuales puede llegar la infección bucal por vía sanguínea o por la cercanía al ojo. La periodontitis o inflamación de las encías puede ocasionar oftalmopatías infecciosas y conjuntivitis bacteriana. La sensibilidad a un germen puede llegar a causar patología reumática ocular. 

Conexión por el tejido conjuntivo

Pishinguer nos dice que el cuerpo está formado en su totalidad por tejido conjuntivo, llamado también matriz extracelular. Se trata de una red formada por proteoglicanos, glucosaminoglicanos, colágeno, elastina, fibras básicas que contienen capilares, terminales nerviosos y linfáticos, células de defensa y membranas basales. Todos ellos se comunican a través del sistema nervioso vegetativo o autónomo, informando de todo lo que sucede en el interior del cuerpo. El todo recibe información de cada parte y viceversa. Una irritación continua  de este sistema por un problema dental, sinusal o amigdalino puede causar  problemas de visión.

El nervio trigémino

El terreno del nervio trigémino es quizá el más importante para nosotros los dentistas, ya que todos los días trabajamos con él.  Deriva ramas de su tronco principal hacia toda la cara, cabeza y cuello. Posee tres divisiones (de ahí su nombre) y numerosas conexiones con otros nervios del sistema nervioso central. Todo lo que suceda en el área trigeminal repercute en la cabeza, cuello, tórax y abdomen. Este nervio recibe información de las partes contiguas, de los músculos de la masticación y la articulación de la mandíbula. Una oclusión dental inadecuada puede llegar a afectar la salud visual por paso de información nociva a través de este nervio. Además, los músculos que participan en la masticación lo hacen de manera sincrónica con los del cuello. Cuando masticamos estos dos grupos musculares se contraen y se relajan recíprocamente. A su vez, los músculos de la articulación temporomandibular y los del cuello se relacionan con los músculos que controlan el movimiento de los ojos en coordinación con la cabeza, para permitir el seguimiento visual de los objetos en movimiento. Por lo tanto también se relacionan con el sistema que controla la posición de la cabeza con respecto al cuerpo y el equilibrio.

Los vasos sanguíneos

Recordemos el papel de la venas en el organismo. Son vasos sanguíneos encargados del transporte del dióxido de carbono y de recoger los desechos metabólicos de los tejidos transportándolos al órgano encargado para su eliminación. Existe una vena muy importante, llamada la angular, que comienza en el ojo y realiza un recorrido atravesando la cara y terminando en el masetero, músculo de la masticación. Se relaciona con los labios, el ala de la nariz, el mentón, el paladar, la submaxilar, el músculo buccinador y los alveolos donde residen los dientes. Una infección puede pasar del diente al tejido periorbitario produciendo, por ejemplo, una trombosis séptica de la vena angular de la cara con graves consecuencias.

La relación entre dientes y ojos

Las mediciones del Doctor Voll (electro-acupuntura) determinaron que  las relaciones boca-maxilares producen cambios energéticos en el organismo. En su tabla se relacionan los caninos superiores e inferiores  con los ojos. 

Ver más detalles en este enlace: relación entre los dientes y lor órganos del cuerpo.

Problemas cardiovasculares

La Sociedad Europea de Cardiología contempla que  la periodontitis se asocia con la disfunción endotelial, con la aterosclerosis y con un incremento del riesgo de infarto de miocardio e ictus. La periodontitis es un factor de riesgo cardiovascular, igual que la enfermedad renal, la obesidad o el tabaquismo. ¿Es posible que a raíz del problema arterial y venoso causado por la inflamación buscal se produzca un infarto de una arteria ocular? Podría contemplarse esta posibilidad.

Para concluir, el hombre es un ser de alta complejidad. Son muchos los factores que escriben su historia de vida. Sus componentes biológico, emocional, espiritual, lógico, lingüístico, cultural, social e histórico le permiten relacionarse consigo mismo y con su entorno. De esta relación emergen  respuestas  que  pueden ser leídas como aisladas e incoherentes, pero que tienen toda la correspondencia posible.

Recuerde, si usted siente un lagrimeo, sensación de ardor en el ojo, enrojecimiento, picor, dolor, sensibilidad a la luz, ¡no descarte que, además de la visita a su médico de confianza, tenga que ir al dentista!

Dra. Victoria Castañeda Garzón
Odontóloga Bioenergética. COEC 6637

sábado, 2 de julio de 2016

La Dra. Aguirre nos habla de la importancia de los omega 3

Tengo el gusto de ofreceros una entrevista con la doctora Mercedes Aguirre, científica reconocida por su investigación en el campo de la nutrición y, en concreto, de los ácidos grasos omega 3. Le agradezco a Mercedes su tiempo y su atención al responder a estas preguntas y os invito a leer con atención, pues nos da una información muy valiosa.

Entrevista

Usted es bióloga. Desde la biología, ¿qué motivos la han llevado a investigar temas de salud humana, como la visión y la cognición?
En 1994, poco después de haberme doctorado en Inglaterra, comencé a trabajar en el mundo sanitario (como analista clínico, investigadora en ensayos clínicos, traductora de textos científicos etc.). Casi al mismo tiempo, comencé a introducirme y formarme en el mundo de la alimentación y suplementación, algo que ha durado hasta la actualidad y que ha sido la base de los 3 libros que tengo publicados. La tríada formada por salud + suplementación + alimentación permite tener una visión mucho más amplia de cualquier problema o alteración de salud, más allá de la visión y cognición. Dicho esto, sí que es cierto que mis conocimientos sobre los omega 3 me han hecho incidir especialmente en esas dos áreas.

Los famosos omega 3, en efecto, son una de sus especialidades. De cara a lectores que no conozcan mucho el tema, ¿nos podría explicar brevemente por qué son tan importantes para la salud humana?
Los omega 3 marinos, entendidos fundamentalmente como el DHA y EPA (¡que son distintos a los omega 3 terrestres de semillas o frutos secos!), son especialmente deficitarios en nuestra dieta, a pesar de vivir en un país con un alto consumo de pescado. Este tipo de grasas apenas están presentes en el pescado blanco (que es el más consumido), estando en cambio presentes en el pescado azul cuyo consumo es menos habitual y con cuyo cocinado pueden darse igualmente pérdidas. En edades tempranas (bebés y niños pequeños) el DHA es sin duda el omega 3 marino más deficitario y crucial para el desarrollo cognitivo y visual (un 35% de la grasa insaturada cerebral es DHA y en el caso de la retina, un 55% de la mácula). Y ya en la edad adulta, sigue siendo un ácido graso crucial a la hora de protegernos frente a enfermedades neurodegenerativas (como el Alzheimer) así como visuales (degeneración macular, ojo seco). Así mismo, en las edades adultas aparte del DHA, el EPA se hace más necesario dado que son edades donde predominan más los procesos inflamatorios (ej. artritis), aunque también cuenta con interesantes bondades en alteraciones neuropsiquiátricas. Por tanto, los omega 3 tienen una razón de ser en gran parte de las etapas de nuestras vidas. La clave para explotar al máximo su potencial es saber utilizarlos bien, algo que, paradójicamente, todavía hoy mucha gente no sabe…

En concreto, ¿por qué son beneficiosos para la vista?
La retina viene a asemejarse a una pantalla de cine en la cual se proyectan las imágenes de lo que vemos. Dicha pantalla en forma de bóveda cuenta en su zona central con una pequeña subzona llamada mácula, que es la responsable de que tengamos una adecuada claridad y nitidez en nuestra visión central. Dado el alto contenido en DHA de dicha zona (55%), cualquier situación que deteriore dicha grasa o que no la aporte en cantidades adecuadas, puede comprometer nuestra visión central. Así mismo, el DHA cuenta con probadas bondades a nivel de superficie de ojo (córnea), donde ayuda a mejorar de manera notable la sequedad ocular (ej. por cambios hormonales en el climaterio o por uso de lentillas), además de activar de manera notable la regeneración de la córnea cuando ha sufrido algún daño (ej. daño mecánico, operación Lasik o daño por un herpes). Más secundariamente, también puede ofrecer algún apoyo a nivel de las células ganglionares del nervio óptico.

En el mercado hay muchos suplementos de omega 3. ¿Qué deberíamos tener en cuenta a la hora de elegirlos?
Para entender qué nos puede llegar a ofrecer un producto comercial a base de omega 3 primero de todo hay que saber ‘descifrar’ su etiqueta. El marketing a base de cifras, imágenes y un bonito eslogan puede conducirnos a creer que un producto tiene bastante más omega 3 de los que realmente tiene. Una sencilla operación que en la mayoría de los casos suele ayudarnos a saber qué estamos comprando es la siguiente: a la cantidad total de aceite de pescado que hay por perla (ej. 500 mg), restarle la cantidad de DHA y EPA que la Información Nutricional del etiquetado indica que hay por perla. La diferencia entre ambas cifras es mayoritariamente grasa vacía que no aporta nada a nuestra salud. Con esta sencilla operación, uno a menudo descubre que en ocasiones más de un 70 % del contenido de la perla es grasa que no sirve para nada… y que, por tanto, el dinero que paga va destinado a un porcentaje de omega 3 (entendido como DHA y/o EPA) muy bajo.

Por otro lado, si nos remitimos a las investigaciones de los últimos años, las bondades de los omega 3 se expresan, en la mayoría de los casos, a partir de 1.000 mg de DHA y/o EPA, dosis que requerirían muchas perlas en el caso de un preparado donde gran parte de su contenido son grasas no omega 3 (o grasas vacías). Así mismo, se ha visto que cuanto mayor sea el pack de grasas vacías que acompaña a la fracción omega 3, menor será su eficacia.

Por tanto, las claves para explotar al máximo el potencial que un omega3 marino nos pueda ofrecer son la concentración (al menos 1.000 mg) y la pureza (minimizar las ‘grasas vacías’). Y añadiendo a lo anterior saber que cada aplicación requiere una dosis y si no se alcanza la dosis no se alcanza el objetivo. El rango de dosis en los que uno debería moverse para utilizar adecuadamente el DHA y/o EPA es entre 1.000-4.000 mg/diarios.

¿Qué diferencia los suplementos de omega-3 de NUA del resto?
El NuaDHA es un alto concentrado de DHA que se caracteriza porque prácticamente carece de grasas vacías, aportando una alta cantidad de DHA por perla (ej. NuaDHA 1000 aporta entre 1.050-1.100 mg DHA/perla). Por eso, una perla de NuaDHA 1000 puede equivaler a 5, 10, 15, 20 o más perlas de otros preparados comerciales. Entendiendo este concepto de pureza y concentración uno se da cuenta que NuaDHA es probablemente uno de los preparados más competitivos del mercado nacional e internacional de los omega 3. Lo mismo se puede decir del NuaEPA1200, un alto concentrado de EPA (1.200 mg/perla).

Además de lo anterior, la separación de cada ácido graso en preparados distintos es otro elemento que diferencia a los omega 3 de NUA del resto del mercado, que habitualmente ofrece mezclas de DHA y EPA además de grasas no omega 3. En el caso de NUA, al tener cada molécula omega 3 separada, es posible hacer un ‘traje a la medida’ de las necesidades de cada usuario, tomando uno, otro o ambos ácidos grasos, según sea el caso. Es importante conocer que en el caso de mujeres embarazadas y niños pequeños (hasta 6 años) es mejor que sólo tomen DHA y no EPA, ya que este último ácido graso, según qué cantidades, puede entorpecer el desarrollo cerebral en edades tempranas (de hecho, no se incluye en leches maternizadas).

¿Qué consejos prácticos nos daría para mantener una visión sana?
Cuidar de la alimentación, protegerse los ojos con gafas solares adecuadas en verano y en caso de ir a piscinas, con gafas de agua. A parte, intentar evitar la luz directa de los LEDS en nuestros ojos, ya que su riqueza en longitud de onda azul es especialmente dañina para la retina. Y en determinadas épocas de año, si fuera necesario, tomar un suplemento visual de refuerzo (ej. NuaDHA visión).

Y para una persona que tiene deterioro en la visión, ¿qué aconseja?
Es preciso darse cuenta de que nuestro cuerpo no es la suma de un conjunto de compartimentos estancos independientes, sino que todas las zonas están relacionadas y lo que ocurra en una zona del cuerpo puede afectar a otra zona aparentemente distante o inconexa… Para el caso del sistema visual, una de las conexiones más estrechas es con el sistema cardiovascular, ya que muchas alteraciones visuales llevan apareado un deterioro vascular subyacente (ej. colesterol y triglicéridos elevados o azúcar elevado). Por tanto, es preciso cuidar la alimentación, dando mayor protagonismo a las frutas y verduras, alimentos integrales (con fibra), pescado y carne (esta última con moderación, especialmente las carnes rojas) y, por supuesto, ejercicio regular.

Concretamente, para la degeneración macular, ¿qué alimentos nos conviene tomar?
El DHA es sin duda un nutriente clave y, habida cuenta de que muy poca gente toma semanalmente una cantidad de pescado azul suficiente para aportar un suministro adecuado de DHA, mi recomendación sería que el aporte diario de DHA en casos de DMAE fuera de al menos 2.000 mg/día, algo que sólo es posible conseguir a través de un suplemento. A parte del DHA, es importante recibir un aporte adecuado de alimento ricos en xantofilas (luteína y zeaxantina) como la col rizada, nabo, acelgas, apio, espinaca, repollo, brócoli, col de Bruselas, coliflor, maíz, yema de huevo, berros, pimiento naranja, naranja, melón, pomelo, kiwi, nectarinas, mango o papaya. Así mismo interesa un aporte de vitamina C, presente en naranjas, limones, kiwi, además de alimentos y de minerales importantes como el zinc, presente en semillas de calabaza, germen de trigo, cacahuetes, ostras, cangrejo, cordero, carnes rojas o hígado entre otros. En general, el consumo regular de frutas y verduras ricas en antioxidantes es sin duda una apuesta segura.

¿Qué alimentos deberíamos evitar para prevenir dolencias oculares o empeoramiento de la visión?
Cualquier alimento rico en grasas saturadas y especialmente trans, ya que contribuyen a dañar los vasos sanguíneos y con ello el riego en la zona visual.  Lo mismo diría de un exceso de azúcares en la dieta, que van a propiciar un proceso de ‘glicacion de proteínas’ (donde un azúcar se une a una proteína alterando su estructura y función), un fenómeno descrito especialmente en diabéticos, pero que puede afectar igualmente a todas las personas en mayor o menor medida, según sean sus hábitos.

¿Cómo ve el futuro de la oftalmología? ¿Qué le parecen las investigaciones en el campo de la regeneración celular y las células madre?
Partiendo de que no soy experta en la materia, creo que la oftalmología está consiguiendo grandes avances y, sin lugar a dudas, las células madre es un área que va a dar mucho que hablar en el futuro, no sólo en el campo de la oftalmología sino en numerosos ámbitos de la Salud.

¡Muchas gracias por su tiempo y su atención!

Para saber más...

La doctora en Biología Mercedes Aguirre Lipperheide (Getxo, 1966), se licenció en la especialidad de Biología Marina (Tenerife, 1989) para seguidamente reali­zar un doctorado de 4 años en el Departamento de Biología Pura y Aplicada de la Universidad de Leeds, dentro del campo de la biotecnología de algas (1993, Reino Unido).  Mercedes ha dedicado gran parte de su carrera a trabajar en el campo de la salud, alimentación y suplementación. Tiene publicados dos extensos libros relacionados con dichas áreas: Guía práctica de la salud en la infancia y adolescencia (2007, Octaedro) y Salud adulta y bienestar a partir de los 40 (2011, Octaedro). En Diciembre de 2015 publicó su tercer libro: Conocer y alimentar el cerebro de nuestros hijos: claves para un óptimo aprendizaje y comportamiento. (2015, Octaedro).

Desarrolla su actividad profesional como directora y responsable de I + D de los laboratorios NUA BIOLOGICAL INNOVATIONS S.L. (desde 2008) dedicados a la elaboración y distribución de complementos alimenticios, cuya área de especialización son los omega-3 de origen marino.