lunes, 4 de agosto de 2014

La terapia del verde

Hace pocos días me encontré con un amigo que paseaba, como yo, por los parques de la Vila Olímpica. Me dijo que procuraba caminar cada día un buen rato bajo los árboles, ya que el verde de las hojas era muy terapéutico para la vista. Me interesó el tema y busqué por Internet. Es cierto que todos notamos un descanso, visual e incluso mental, cuando estamos en un entorno frondoso, en el campo o en un jardín. Pero me interesaba saber el por qué, conocer las bases científicas de este beneficio. Mirando varias páginas encontré explicaciones muy interesantes que voy a intentar resumir aquí.

La retina, en el fondo del ojo, recibe los estímulos luminosos del exterior. Sus células nerviosas ―conos y bastones― envían la información de luz, colores y formas al nervio óptico. Este la lleva al cerebro, donde se procesa y se compone la imagen que se está viendo. Pues bien, el tipo de luz que se recibe puede tener efectos beneficiosos para la visión. La llamada fototerapia optométrica Syntonic devuelve el equilibrio a una visión deficiente, tal como han comprobado los optometristas que la practican.

¿En qué consiste la terapia? El optometrista proyecta sobre la retina un haz de luz de color. Cada color posee una longitud de onda, una frecuencia vibratoria distinta que penetra en la retina y en la red de capilares que la sustentan. Para cada color hay diferentes receptores y cada color provoca una respuesta única. Por ejemplo, la luz azul-verde se utiliza para tratar deficiencias visuales causadas por una lesión, infección o trauma. La luz azul-verde reduce la inflamación de la retina y el área cortical.
Para enfermedades crónicas del ojo se utiliza la luz amarillo-verde, que estabiliza la fisiología ocular. Un ojo perezoso se puede beneficiar de la luz naranja-roja, que estimula el nervio óptico.

Ante la estimulación lumínica, el ojo reacciona y se va adaptando. Los músculos oculares y la microcirculación sanguínea se reactivan y la visión mejora. Esta terapia se aplica en varias sesiones durante unas veinte semanas. Es eficaz sobre todo para tratar problemas de reajuste: miopía, ambliopía, hipermetropía, ojo vago… También se ha demostrado útil para otros trastornos neurológicos y del aprendizaje.

Ahora ya comprendo por qué el verde descansa tanto la vista… ¡y la mente! Es la modalidad natural, al alcance de todos, de esta terapia basada en los colores y en la energía que desprenden. Por eso es tan recomendable salir de casa cada día y caminar al menos hasta el parque o espacio verde más cercano. Los que vivís en el campo o estáis de vacaciones en entornos rurales, ¡aprovechad! Un baño visual de verde sanador dará calidad a vuestra vista… y también a vuestra vida.

Encontraréis más información en estos enlaces: