Iniciamos la segunda etapa de este blog sobre salud visual.
En primer lugar, quiero agradeceros a todos aquellos que semana tras semana
habéis seguido y leído las entradas del blog. Durante la primera etapa he ido reflexionando
sobre diferentes temas, elaborando artículos divulgativos para ampliar nuestros
conocimientos sobre el funcionamiento de los ojos. Especialmente me he centrado
en las patologías oculares que afectan a la retina y sus causas. Durante un año
he estado caminando con vosotros, compartiendo experiencias, retos, mejorías y
baches. He querido ahondar en el tema de la visión desde un enfoque holístico,
considerando al ojo como una parte del todo que es la persona y no como una
pieza aislada del funcionamiento global de nuestro organismo.
He intentado responder a muchas cuestiones que preocupan a
personas que sufren patologías oculares. Desde el primer momento vi muy claro
que la base de la salud está en nuestra alimentación, por eso me he querido
informar y profundizar en lo que se podría llamar oftalmología nutricional. Es decir, lo que comemos es decisivo para
nuestra salud visual. No podemos separar la salud de una nutrición sana y
equilibrada. Los desórdenes de muchas
enfermedades, no solo de la vista, son originados por una mala alimentación. No
es que otros enfoques no sean válidos, pero este lo encuentro fundamental y,
además, está en manos de todos. Alimentarnos bien para estar bien y para ver
mejor nos hace ser pacientes responsables y activos.
El ojo tiene una directa relación con el hígado y el
colesterol, la circulación sanguínea y la tensión arterial. Y todo esto tiene
que ver con la alimentación. Incluso considero que, aunque se haya producido
algún tipo de lesión que afecte a la retina o al nervio óptico, una dieta
adecuada puede ser decisiva para la recuperación o la mejoría del ojo.
Pero es cierto que esto no es suficiente. También son
importantes las emociones y el estilo de vida. Es fundamental que el
paciente tome las riendas de su salud y de su vida. Para ello debería contar
con la ayuda de un buen oftalmólogo que sepa hacer un abordaje integral del
problema y le dé el soporte psicológico y emocional que necesita, ya que la
pérdida de visión genera un estado de inseguridad importante.
También es verdad que ciertas patologías, según su gravedad,
hacen necesaria una intervención quirúrgica o un tratamiento farmacológico,
como las inyecciones intraoculares. Hoy por hoy son el único remedio, pero se
están investigando alternativas que eviten una terapia tan agresiva con el
riesgo de que la alta toxicidad de los fármacos provoque efectos indeseables.
La medicina oftalmológica está avanzando a pasos agigantados y estos problemas,
así como algunos tipos de ceguera, un día llegarán a resolverse. Mientras
tanto, todo esfuerzo para mimar y cuidar nuestros ojos con buenos alimentos,
buenas emociones y buenos ejercicios nos ayudará a mantener o a evitar el
deterioro de la calidad visual.
En esta nueva etapa del blog os ofreceré nuevos temas, avances científicos, reflexiones e información muy útil para nuestra salud, global y ocular.