domingo, 30 de octubre de 2016

¿Retinas artificiales? El futuro ya está aquí

La biotecnología ofrece posibilidades muy interesantes, sobre todo a personas con ceguera total y otras enfermedades degenerativas.

¿Habéis oído hablar de la visión artificial? La fabricación de retinas artificiales ya es una realidad que se está trabajando, se han hecho los primeros ensayos en pacientes y en pocos meses habrá hospitales que podrán implantarlas. El sistema consiste en unas gafas que captan la luz y las imágenes del exterior, las convierten en señales eléctricas y las envían al cerebro. La retina artificial conectará por un sistema sin cable, similar al Bluetooth, con el córtex visual del cerebro.

Esta biotecnología funcionará mejor en personas que han perdido toda conexión nerviosa entre el ojo y el cerebro, como los ciegos o los afectados por retinitis pigmentosa. La visión conseguida no será perfecta, pero puede marcar toda una diferencia en la vida del paciente, hasta permitirle incluso leer en letras grandes. 

Después habrá que trabajar la neuroplasticidad, ya que el cerebro tendrá que aprender a ver de nuevo. Es un proceso de educación, y depende mucho del funcionamiento cerebral.


Hay varios hospitales que podrán disponer de estas retinas en pocos meses (en París, Manchester, Ginebra y Londres). El doctor Joaquín Barraquer, antes de fallecer el pasado mes de agosto, estaba de lleno trabajando en esta línea y seguramente su equipo continuará con su labor. ¡Estaremos atentos a las noticias!

Podéis leer más en esta noticia y en esta otra.

domingo, 16 de octubre de 2016

Terapias génicas y células madre


Hay varias líneas de investigación que pueden prometer en el futuro, pero de momento no han dado mucho resultado y hay quienes cuestionan su eficacia. Veámoslas brevemente.

Células madre

Las células madre se producen en la médula ósea. Estas células mutan: allí a donde emigren, se convertirán en células especializadas. Si migran al hígado, se convertirán en células hepáticas. Si van al cerebro, se convertirán en neuronas. La mayoría de células madre tienen una función reparadora: se utilizan para reconstruir y reparar tejidos.

En problemas de degeneración macular o de retina, la teoría dice: hay tejidos desgarrados y no hay suficientes células madre para regenerarlos. Se podrían enviar células madre a esas zonas para que regeneren el tejido. Ya se han hecho algunas pruebas con células madre embrionarias y no han funcionado bien, porque otras células del sistema inmune las han rechazado. Una vía mejor sería extraer células madre del propio paciente, inyectarlas en los ojos y producir una regeneración del tejido retiniano dañado. Esta es la meta. Por tanto, la cuestión es inyectar en el ojo el suficiente número de células madre para que reemplacen las dañadas.

Andy Rosenfarb comenta que no está de acuerdo con esto. Las células madre pueden ser beneficiosas para regenerar tejidos en otros casos, pero aquí no se trata de un problema de carencia de células madre, sino de tejido degenerado (como en la retinitis pigmentosa). La mayoría de nosotros ya producimos suficientes células madre y no necesitamos una inyección extra. Quizás esto pueda ayudar a personas muy mayores, que han perdido capacidad regenerativa, pero en la mayoría de casos no es necesario.

En resumen, inyectar células madre en el ojo puede ayudar a preservar las células vivas, pero no repara el tejido muerto o dañado.

Terapia genética

En este campo hay dos líneas de investigación. En la primera, se trata de identificar el gen o los genes que faltan y que causan un déficit de proteínas para reconstruir el tejido retiniano. Una vez se averigüe cuál es el gen habrá que aislarlo y diseñar una terapia para corregirlo y activar la fabricación de las proteínas regeneradoras del tejido.

La otra terapia consiste en identificar los genes defectuosos para corregir la anomalía genética. Según Rosenfarb, este enfoque falla al no identificar cuáles son los factores que causan la anomalía en los genes. Es una cuestión de epigenética: los factores ambientales que provocan la mutación del gen son totalmente ignorados. Aunque pudiéramos identificar el gen y potencialmente corregir toda nuestra configuración genética hasta alcanzar la perfección, ¿qué sucede con la alimentación? ¿Con el estado emocional? ¿Qué sucede si estos son los factores que activan o desactivan el gen responsable de la anomalía? Estamos hablando de las causas que producen la expresión genética. Esto es lo primero que deberíamos solucionar. De lo contrario, la terapia genética será inútil y el problema se repetirá.

La ingeniería genética, en un futuro, tal vez pueda diseñar individuos perfectos, pero en el presente todavía no es una posibilidad práctica.

El medio es clave


Una visión más amplia en cuanto a la investigación genética es entender el impacto del ambiente en la salud.

Plantar células madre es como plantar semillas en un jardín. Siembras zanahorias, tomates, girasoles, y los dejas crecer. Un jardín sano recibe luz del sol, agua, oxígeno, no sufre polución, tiene el suficiente calor y un entorno favorable. En un entorno industrial, polucionado, tóxico, si intentas cultivar un jardín posiblemente no vas a conseguir que salgan plantas sanas.

Lo mismo sucede en el cuerpo humano. Un ambiente tóxico y contaminado promueve inflamación, oxidación y mala circulación, las causas que provocan enfermedades oculares y de todo tipo. Si queremos plantar células madre sin mejorar la dieta, sin ejercicio, sin los suplementos correctos, sin tratar la inflamación y el estrés oxidativo es como plantar semillas en un jardín contaminado. El resultado no será el deseado.

La única manera sería creando células madre modificadas, capaces de sobrevivir en un ambiente tóxico. Y esto son palabras mayores. Si logramos crear células madres modificadas tendremos un Superman. Pero con lo que tenemos ahora, si queremos que las células madre funcionen el jardín debe estar limpio. 

jueves, 13 de octubre de 2016

Hoy, Día Mundial de la Visión

Os invito a mirar este vídeo, corto y muy simpático. Nos hace ser conscientes de que hay muchas personas con baja visión y necesitan nuestro apoyo y comprensión. El distintivo "Baja Visión" puede ayudarles mucho a recibir el trato y el respeto que merecen.

domingo, 9 de octubre de 2016

Estilo de vida buena para tus ojos - suplementos

Con el paso de los años he ido aprendiendo más sobre los suplementos. He tomado muchos, y sé que es importante elegirlos de calidad y que no todos son necesarios o tan buenos como se vende.

En principio, una buena dieta, completa y variada, debería ser suficiente. Pero en casos de carencia, o cuando hay necesidades especiales, los suplementos pueden ser un buen apoyo. Pero atención, jamás suplirán una buena dieta y tampoco contrarrestarán los daños de una mala alimentación. O sea, que si tienes un problema visual y fumas, o comes muchas grasas y azúcares, y crees que tomando vitaminas lo vas a solucionar o minimizar, te equivocas. 

Ahora bien, la industria de los suplementos también es poderosa y a veces vende gato por liebre. Muchos compuestos vitamínicos son simplemente imposibles de absorber: nuestro cuerpo los elimina tal como entran o bien los almacena como residuo, y en ese caso la ingesta reiterada puede llegar a ser dañina, al provocar una intoxicación de un elemento extraño que no se puede asimilar.

Si hay que tomar suplementos, buscad los que sean procedentes de plantas, y en forma biodisponible. Aunque sea pesado, conviene leer las etiquetas (en otra entrada hablaré más sobre esto). Pedid consejo al farmacéutico o a vuestro médico o terapeuta si tenéis dudas.

Para la vista hay ciertos suplementos que ayudan a mejorar o al menos a frenar el deterioro de los tejidos. Aquí voy a dar una lista de varios (son los que el acupuntor Andy Rosenfarb recomienda a sus pacientes, con buenos resultados).

Luteína – zeaxantina – astaxantina. Son betacarotenos que ofrecen una gran protección a la mácula, pero también a toda el área del ojo y el nervio óptico. Mirad que sean extraídos de algas rojas (la astaxantina) o de plantas, y que se especifique de cuáles.

DHA omega 3 – aceite de pescado. Muchas personas están preocupadas por la contaminación del pescado con metales pesados. El aceite de hígado de bacalao es el más limpio y contiene de forma natural vitaminas D y E. La investigación ha mostrado que los omega 3 protegen el sistema nervioso, el cerebro y el ojo. Una dosis de 5000 a 8000 mg al día produce mejoras importantes en el campo visual en casos de glaucoma. Como la dosis es alta, se puede empezar con 1000 mg e ir subiendo a medida que se asimile bien. Personalmente yo tomo comprimidos de 1000 mg de una de estas dos marcas (libres de ácidos tóxicos y con un alto porcentaje de omega 3): Celavista o NuaDHA. Otras marcas pueden estar muy contaminadas o tener una ínfima parte de omega 3 mezclada con aceites de baja calidad. Si tomas omega 3 y te repiten con sabor a pescado, es que están hechos con aceites rancios, pueden perjudicarte.

¿Por qué esta grasa es necesaria? Porque los nervios se regeneran con grasa. Las células nerviosas se alimentan de glucosa —azúcar— y se regeneran con grasa. 

L-Taurina. Es el aminoácido más abundante en la retina. Rosenfarb recomienda una dosis de 2000 mg al día. También depende de la tolerancia del paciente —en algunas personas puede producir cólicos—.

Gingko biloba: planta ideal para mejorar la circulación cerebral y el flujo sanguíneo al ojo.

Súper verdes: alga espirulina, alga chlorella, pasto trigo. Con estos ingredientes se pueden hacer estupendos batidos verdes: añade las algas o el pasto a un zumo, un batido, un caldo, por la mañana. Aportan muchos beneficios: alcalinizan el cuerpo, limpian la sangre, combaten la acidosis, limpian el hígado, desintoxican y son potentes antioxidantes.

domingo, 2 de octubre de 2016

Estilo de vida buena para tus ojos - la dieta

En otras entradas he hablado de alimentación y visión. ¡Nunca insistiré lo bastante! Porque cuando tenemos un problema de salud todos estamos muy dispuestos a tomar fármacos, suplementos, incluso a hacer ejercicio. Pero... ¿la dieta? ¡Ay! Cambiar la dieta es algo muy duro que no todos estamos dispuestos a hacer.

La dieta es fundamental para una visión sana. No sólo nos ayudará, sino que potenciará cualquier terapia que sigamos.

Necesitamos una dieta alcalinizante y baja en ácidos. ¿Qué es ácido? Todos los azúcares refinados y la comida basura, las carnes y el alcohol.

Aquí tenéis varios consejos:
  • Reduce los azúcares refinados al máximo, la sal y las harinas blancas. Los edulcorantes como el aspartamo son terribles, muy tóxicos. Las bebidas dulces, también a evitar.
  • Toma muchas verduras de colores y hojas verdes. Están llenas de antioxidantes.
  • Toma buenas grasas (aceite de coco, de oliva, huevos, pescado, aguacate, nueces, semillas). Ojos secos y piel seca son signos de deficiencia de buenas grasas.
  • Elimina las grasas trans y todos los fritos. Pasteles, donuts, patatas chips… Todo fuera. Nada hay más oxidativo que las comidas grasas y fritas. No frías el huevo, hazlo hervido o pochado. Si quieres grasa, toma buena mantequilla cruda. Freír es muy perjudicial. Sabe rico pero sus efectos son letales, terribles para la circulación y el corazón, empeoran la inflamación y la visión.
  • Come proteína orgánica (carne, lácteos y huevos ecológicos). Es más caro, pero vale la pena.
  • Controla el azúcar en sangre. Los picos de insulina son el primer factor de estrés oxidativo. Si a los problemas visuales añadimos trastornos metabólicos del azúcar, es mucho más difícil curarse.