domingo, 13 de marzo de 2016

Alerta con el azúcar, más a fondo

En varias entradas ya he hablado de los riesgos del azúcar refinado, tanto blanco como moreno. No solo es malo para los diabéticos o los obesos, sino para las personas con problemas oculares.

El exceso de azúcar puede provocar cataratas y dañar los tejidos del ojo. Pero ¿cómo? Hoy explicaré con más detalle por qué el azúcar causa tanto daño en nuestro cuerpo y, concretamente, en nuestros ojos. La clave está en un proceso llamado glicación o glucosilación no enzimática.

¿Qué es esto? La glicación es la unión de dos sustancias: una proteína y un azúcar. Esto sucede cuando en la sangre circula mucho azúcar, casi siempre debido a la comida. El “matrimonio” de proteína y azúcar genera unos “hijitos” que son muy problemáticos: son las sustancias llamadas productos de glicación avanzada. ¿Qué son? Compuestos químicos, que pueden provocar desde las placas cerebrales que favorecen el Alzheimer hasta una gran oxidación de los tejidos. Estos productos de la glicación interfieren en el intercambio de nutrientes de la célula y pueden llegar a producir una mutación en su ADN o código genético. Es decir, que pueden causar un desorden total en el funcionamiento de nuestras células.

Se sabe, por estudios y por haberlo comprobado en pacientes, que los productos de la glicación avanzada contribuyen al envejecimiento, a la oxidación, a la inflamación y a problemas cardiovasculares, digestivos y neuronales.

En las venas y arterias, estos compuestos químicos endurecen y hacen frágiles los tejidos, con el riesgo de que se hagan permeables o se rasguen. La pérdida de elasticidad de los vasos agrava la hipertensión. Por otra parte, también provocan agregación o acúmulos de las células sanguíneas, que circulan con mayor dificultad pudiendo ocasionar oclusiones y, por tanto, embolias e ictus.

Recordemos que buena parte de los problemas de visión son causados por una deficiente circulación. Llega poco oxígeno al ojo, los capilares sanguíneos no alimentan los tejidos como deberían y pueden producirse trombos y hemorragias. Este fue el origen de mi problema.

Además, recordemos que los ojos están hechos del mismo tejido que el cerebro. Si la glicación daña las neuronas y el sistema nervioso, tened por seguro que también afectará a la visión.

¿Cómo evitar todo esto? Ya lo sabemos: alejaos de los azúcares refinados y de los alimentos con alto índice glucémico. No sólo se trata de eliminar el azúcar blanco o moreno sino de evitar toda la bollería, galletas, pasteles, pan blanco y alimentos elaborados con harina refinada. Los lácteos también tienen muchísimos azúcares incorporados.

Para contrarrestar los efectos y daños que la glicación nos haya podido causar, tenemos todos los alimentos antioxidantes: frutas y verduras de todos los colores. Algunos podéis objetar: las frutas tienen mucho azúcar. Pues no tanto, ni tan malo. El índice glicémico de frutas dulces como la pera o la manzana no llega a 40 ó 50 (siendo el de la glucosa pura 100). Por tanto, es seguro comerlas sin reparo. Es más seguro para nuestra salud tomar una fruta dulce que una rebanada de plan blanco. 


Abajo veréis una tabla con diversos alimentos y su índice glucémico, que es la cantidad de glucosa que aportan a la sangre. Lo ideal si tenéis problemas de visión o de azúcar es que no pasen de 50.