sábado, 9 de abril de 2016

5 tratamientos naturales para la DMAE

Médicos y pacientes batallamos desde hace años por frenar el avance de la degeneración macular cuando esta se manifiesta. Al menos, queremos detenerla y, si es posible, revertirla. Los fármacos hasta el momento solo han sido útiles para detener su avance en el caso de la degeneración macular húmeda o exudativa. Pero hay otros medios que pueden ayudar a regenerar el tejido ocular y, por tanto, a mejorar la visión contra todo pronóstico. Os animo a investigar y a probarlos, porque como paciente no me resigno a un veredicto médico cerrado. Pienso que la salud del cuerpo es algo muy complejo y que nuestra naturaleza está llena de posibilidades que la ciencia nunca llega a agotar del todo.

Lo primero es “no echar leña al fuego”. Sabemos que la degeneración macular puede estar causada por varios factores, así que el primer paso a dar es eliminarlos en lo posible. Hay uno inevitable, la edad. Pero el resto podemos controlarlos. Son, principalmente, el tabaco, una dieta pobre en antioxidantes, hipertensión, exposición a los rayos UV, malas digestiones que provocan una insuficiente nutrición y oxigenación celular. Sobre todo hay que evitar cuatro tipos de alimentos que dañan nuestra visión:
  • El café, que reduce el flujo de sangre a los ojos.
  • El alcohol, que daña al hígado y afecta a la visión.
  • Los azúcares refinados. 
  • Las grasas hidrogenadas y trans: todo tipo de fritos, grasas sólidas (mantecas, margarinas) y las añadidas a la comida procesada. Provocan inflamación, entorpecen la circulación sanguínea y perjudican la visión.

El siguiente paso es alimentar el tejido ocular con buenos alimentos. Recordemos: frutas y verduras antioxidantes, alimentos ricos en carotenoides, mucha agua y fibra, para hidratar y desintoxicar el cuerpo.

El tercer paso es suplementar la dieta con nutrientes reforzados. Esto está indicado especialmente en situaciones de complicaciones oculares y carencias nutricionales. Si no es así, con una buena dieta ya debería ser suficiente.

Cinco tratamientos naturales para la DMAE

  • Arándanos: son ricos en antocianinas, un potente antioxidante. Se necesitan unos 150 mg dos veces al día. Puedes tomarlos en extracto de cápsulas o tomar dos puñaditos de este fruto, fresco o desecado.
  • Luteína, 15 mg al día. Previene el daño oxidativo. Comprueba en la etiqueta del suplemento qué cantidad se incluye.
  • Ácido graso Omega 3, 1 gramo al día. Si lo tomas en cápsulas de aceites, procura que contengan al menos 400 mg de DHA. Los suplementos NuaDHA de la Dra. Mercedes Aguirre contienen más de 1000. También hay que vigilar que el aceite sea de calidad (certificado IFOS) y esté libre de metales pesados, otras grasas malas y ácido fitánico. Otro suplemento de calidad es Celavista, desarrollado por un médico. No conozco otros que puedan garantizar este nivel de calidad.
  • Astaxantina, otro potente antioxidante. Uno de los mejores suplementos de este nutriente, por su calidad, origen y pureza, es el Astaxin.
  • Zeaxantina, el tercer antioxidante especial para la vista, 3 mg al día.
(Fuente: http://draxe.com/6-natural-treatments-macular-degeneration/)

Hay suplementos que reúnen todos estos componentes y les añaden muchos más para que actúen en sinergia. He probado varios, todos son potentes y similares en su eficacia. Los que poseen mayor cantidad de nutrientes, y en mayor concentración, con diferencia, son el Eyemax Plus y el Eyewise de Lamberts. Ambos contienen 10 mg de luteína por comprimido.

La verdad es que, últimamente, y después de haber consumido muchos suplementos durante varios años, soy un poco más escéptico en cuanto a los nutrientes aislados y concentrados de forma artificial. He notado más mejoría tomando arándanos al natural y jugos de frutas. Creo que la base de la salud es el alimento. El suplemento es eso, una ayuda que puede ser beneficiosa de manera puntual o temporal, como un fármaco. Pero, salvo situaciones de carencia crónica, me parece que su toma no debería ser de por vida, sino ocasional. Lo mejor, a mi ver, es acostumbrarse a comer bien e invertir en buenos alimentos,  a ser posible orgánicos. De esta manera os aseguraréis de estar tomando la medicina más potente que existe, de forma sabrosa y natural, ¡tres y cuatro veces al día! Como decía Hipócrates, que tu alimento sea tu medicina.

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