domingo, 1 de mayo de 2016

Mi protocolo terapéutico

En los últimos días he notado una ligera nube en mi visión. No llega a ser la distorsión de otras veces, pero sí una zona más borrosa. Llamé al doctor Vivar, mi oftalmólogo, y de inmediato me dio hora. Las pruebas diagnósticas, sobre todo la OCT, han revelado que se me ha producido un pequeño trombo en la retina. No se trata de un vaso de la membrana de siempre, sino de un capilar de la zona que me sellaron con láser. Es una zona débil, con falta de oxígeno y donde han surgido pequeñas venas para irrigarla. Una de ellas se ha rasgado y ha liberado un poco de sangre en la retina. Afortunadamente, está muy lejos de la mácula y no ha afectado mi visión central ni la agudeza visual.

El doctor Vivar me ha prescrito un protocolo para evitar una nueva inyección de Avastin. Si da el resultado esperado, en quince días puedo contener la hemorragia, drenar mi retina y volver a la normalidad. ¡Eso espero! Porque me he aplicado a seguir religiosamente esta terapia reforzada.

¿En qué consiste? Voy a explicarlo, porque posiblemente muchos oftalmólogos no prescriben tratamientos como este a sus pacientes. Y, en el tiempo que llevo siguiendo los diferentes protocolos del Doctor Vivar puedo decir que la frecuencia de mis “pinchazos” se ha reducido a uno o dos al año y las recaídas son mucho más leves que antes. Si comparamos esto con la frecuencia con que tienen que pincharse muchos pacientes con degeneración macular o problemas de exudación y neovasos, como el mío, ¡hay una diferencia notable!

El protocolo habitual


Normalmente, desde que voy a visitarme con el doctor Vivar, tomo a diario unas gotas de preparados homeopáticos. Además, tomo unos comprimidos minerales, también homeopáticos, que pueden variar según el doctor vea mi estado ocular; un suplemento vitamínico llamado Nutrof y un fármaco, Idaptan. Con esto he pasado de tener que inyectarme cada dos o tres meses a espaciar las inyecciones ocho, nueve meses y hasta un año.

A parte, por iniciativa propia y aconsejado por otros terapeutas, he tomado regularmente suplementos de vitaminas antioxidantes, luteína, astaxantina y omega 3.

El protocolo actual incorpora dos suplementos, dos fármacos y unas gotas más de homeopatía. Es el siguiente:
  • 7 gotas, 3 veces al día, de los preparados homeopáticos Olecir, Briomaren y Coniver.
  • 1 comprimido, 3 veces al día, de Silisar.
  • 1 comprimido, 3 veces al día, de Calfosar.
  • 1 comprimido, 3 veces al día, de Kamusar.
  • 1 comprimido, 3 veces al día, de Idaptan.
  • 1 gota de Alphagan, dos veces al día. Es un colirio no beta-bloqueante que reduce la presión intraocular.
  • Prednisona –un corticoide— 2,5 mg, una vez al día.
  • Dos perlas diarias de NPD1 – Celavisión 1000. Son perlas de aceite con Omega 3, de una calidad y concentración mayor que la mayoría de suplementos de este tipo. Además, la mayoría de perlas de aceite llevan muchas toxinas del pescado, sobre todo ácido fitánico. Estas perlas, Celavisión, están libres de este ácido.

Los preparados homeopáticos tienen una función antiinflamatoria, drenante y potenciadora de la circulación sanguínea. El corticoide es antiinflamatorio. El colirio sirve para bajar la presión intraocular. Y finalmente, los omega 3 son un aporte extra de nutrientes a los tejidos del ojo.

En quince días el doctor me volverá a revisar la visión. Si todo está bien, me habré librado de entrar de nuevo en el quirófano. Si el problema persiste y la hemorragia no cesa, posiblemente tenga que sellármela con láser.

Cuando hay hemorragia, la solución más radical es el láser, que cierra los vasos que pierden sangre. Cuando hay exudación de líquidos, que es lo que produce la visión distorsionada, el tratamiento es la inyección de fármaco antiangiogénico —para evitar la proliferación de vasos—.

La homeopatía es una especialidad médica muy seria y eficaz cuando la ejercen médicos y profesionales sanitarios bien formados. En el caso del doctor Vivar, su especialidad es la homeopatía espagírica, que es muy peculiar y cuida mucho la forma en que se elaboran los preparados. Algunos la cuestionan, incluso entre la clase médica. Como paciente, sólo puedo decir que me ha ahorrado dinero, sufrimiento y número de intervenciones agresivas, y que mi visión, contra todo pronóstico, ha mejorado con el paso del tiempo. Las pruebas que me realizan en las visitas de rutina muestran una clara progresión y sanación del tejido ocular.

Es evidente que la secuela del trombo y del láser están ahí. Tengo una zona dañada con tendencia a la isquemia y no puedo borrarla, pero sí puedo mejorar la calidad de mi visión. Y esto me permite seguir con mi vida y mis actividades normales sin tener que renunciar a lo más importante para mí.

Os animo, como pacientes, a tener la mente muy abierta y a seguir investigando. Los diagnósticos no tienen la última palabra: siempre hay opciones y se puede mejorar. Creedlo. En mi libro Recuperando la visión comparto mis experiencias y encontraréis mucha información que os puede ayudar.

Enlaces:
Doctor Vivar Badía: http://institutovivarbadia.com/
Homeopatía espagírica: https://es.wikipedia.org/wiki/Espagiria
Heliosar - Spagyria: http://www.heliosar-spagyrica.com/jupgrade3/

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