sábado, 14 de mayo de 2016

Un atisbo de regeneración

En la entrada de la semana anterior expliqué una ligera recaída que he tenido. Al micro infarto que sufrí en el ojo se unió la exudación que se produce de tanto en tanto. Llevaba mucho tiempo haciendo bondad con la dieta, controlando mi ritmo de vida, cuidando mis hábitos y aprendiendo a delegar más en mi trabajo. Pero, sin saber cómo, siempre acaban apareciendo fluidos en la retina o pequeñas hemorragias. Finalmente, la solución pasa por recurrir a la inyección para paliar los efectos del tejido dañado y la membrana de la retina.

El hecho es que la frecuencia de estos incidentes es cada vez menor, y cada vez se alarga más el periodo de tiempo en que puedo disfrutar de una mejor visión, sin problemas. Esto indica que algo bueno está ocurriendo. La constancia en mi protocolo de homeopatía espagírica, con la toma de algunos suplementos y fármacos está surtiendo efecto. Aunque las exudaciones y las hemorragias se repiten, su repercusión es cada vez menor y las distorsiones en la vista son más leves y duran mucho menos.

Esta vez ha ocurrido algo inesperado. Apenas he llegado a perder claridad y agudeza visual. Pero no podía imaginar la rapidez de mi recuperación tras el pinchazo. Las pruebas que me hice, tanto la OCT como la campimetría y el examen de fondo de ojo, indicaban claramente actividad en la retina y la necesidad de inyectarme el fármaco inhibidor. Pero antes de inyectarme, después de una semana siguiendo el protocolo intensivo que me recetó el doctor Vivar, mi visión comenzó a normalizarse hasta remitir casi por completo los síntomas de exudación y hemorragia. En el momento de pincharme aún experimentaba una ligerísima distorsión, pero tres días después mi visión está prácticamente recuperada. En ningún momento he dejado mi actividad normal de lectura mientras que antes, cuando me pinchaban, necesitaba tres semanas para volver a la normalidad.

¿Qué ha ocurrido?, me pregunto y pienso que en esto han intervenido varios factores. Desde el punto de vista físico, una dieta rica en antioxidantes: frutas, verduras, semillas, cereales integrales, legumbres, y el fuerte apoyo del protocolo homeopático del doctor. Desde el punto de vista energético, respiración y aceptación serena de mi realidad, con el apoyo de la medicina china —acupuntura y moxa—. Finalmente, como trabajo interno, intento poner siempre amor e intención en todo lo que hago, descansar, hacer ejercicios oculares y no descuidar nunca mi tiempo de oración.

Una forma de trabajar más serena, no menos entregada, y una absoluta confianza en mi doctor, en mí mismo, en los demás y en Dios, y un propósito de vida muy definido están haciendo posible que, finalmente, mi ojo izquierdo esté en la senda de la regeneración.

Nunca me he rendido y siempre he tenido la certeza de que tarde o temprano mi visión quizás no vuelva a ser perfecta, pero sí mejor que ahora. He tenido muy claro que tenía que familiarizarme con mi problema ocular, de tal manera que he podido recuperarme lo suficiente como para seguir funcionando sin ningún tipo de dependencia. Actualmente mi visión es del 80 %, cuando había llegado a tenerla de tan sólo un 40 %.

Quiero animaros, desde este blog, y deciros que la mente humana es tan potente que puede cambiar el rumbo de cualquier situación. No sólo me refiero a patologías físicas. Cualquier anhelo y deseo que persigamos con intensidad pone en marcha los mecanismos de nuestro cerebro junto con la potencia espiritual de nuestra alma. Ambos pueden alterar la expresión e incluso la estructura de nuestro ADN, favoreciendo un cambio inesperado más allá de cualquier diagnóstico médico.

Os quiero animar a que descubráis vuestra enorme capacidad de autorregeneración. Poned en marcha vuestro corazón, vuestra energía, vuestra alma y vuestra inteligencia. Podéis convertir el abismo en luz y la noche oscura en día luminoso. Os invito a seguir leyendo y explorando mi blog. Quiero compartir todo cuanto estoy aprendiendo. No quiero caer en positivismos ingenuos, pero el ser humano es capaz de conquistar grandes cimas, entre ellas la salud cuando se ha perdido.

Busca los mejores médicos. Rodéate de los mejores amigos. Explora en tu interior, saca lo mejor de ti mismo y la recuperación se pondrá en marcha. La curación está en ti.

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