En la entrada de la semana anterior expliqué una ligera
recaída que he tenido. Al micro infarto que sufrí en el ojo se unió la
exudación que se produce de tanto en tanto. Llevaba mucho tiempo haciendo bondad
con la dieta, controlando mi ritmo de vida, cuidando mis hábitos y aprendiendo
a delegar más en mi trabajo. Pero, sin saber cómo, siempre acaban apareciendo
fluidos en la retina o pequeñas hemorragias. Finalmente, la solución pasa por
recurrir a la inyección para paliar los efectos del tejido dañado y la membrana
de la retina.
El hecho es que la frecuencia de estos incidentes es cada
vez menor, y cada vez se alarga más el periodo de tiempo en que puedo disfrutar
de una mejor visión, sin problemas. Esto indica que algo bueno está ocurriendo.
La constancia en mi protocolo de homeopatía espagírica, con la toma de algunos
suplementos y fármacos está surtiendo efecto. Aunque las exudaciones y las
hemorragias se repiten, su repercusión es cada vez menor y las distorsiones en
la vista son más leves y duran mucho menos.
Esta vez ha ocurrido algo inesperado. Apenas he llegado a
perder claridad y agudeza visual. Pero no podía imaginar la rapidez de mi
recuperación tras el pinchazo. Las pruebas que me hice, tanto la OCT como la
campimetría y el examen de fondo de ojo, indicaban claramente actividad en la
retina y la necesidad de inyectarme el fármaco inhibidor. Pero antes de
inyectarme, después de una semana siguiendo el protocolo intensivo que me
recetó el doctor Vivar, mi visión comenzó a normalizarse hasta remitir casi por
completo los síntomas de exudación y hemorragia. En el momento de pincharme aún
experimentaba una ligerísima distorsión, pero tres días después mi visión está
prácticamente recuperada. En ningún momento he dejado mi actividad normal de
lectura mientras que antes, cuando me pinchaban, necesitaba tres semanas para
volver a la normalidad.
¿Qué ha ocurrido?, me pregunto y pienso que en esto han
intervenido varios factores. Desde el punto de vista físico, una dieta rica en
antioxidantes: frutas, verduras, semillas, cereales integrales, legumbres, y el
fuerte apoyo del protocolo homeopático del doctor. Desde el punto de vista
energético, respiración y aceptación serena de mi realidad, con el apoyo de la
medicina china —acupuntura y moxa—. Finalmente, como trabajo interno, intento
poner siempre amor e intención en todo lo que hago, descansar, hacer ejercicios
oculares y no descuidar nunca mi tiempo de oración.
Una forma de trabajar más serena, no menos entregada, y una
absoluta confianza en mi doctor, en mí mismo, en los demás y en Dios, y un
propósito de vida muy definido están haciendo posible que, finalmente, mi ojo
izquierdo esté en la senda de la regeneración.
Nunca me he rendido y siempre he tenido la certeza de que
tarde o temprano mi visión quizás no vuelva a ser perfecta, pero sí mejor que
ahora. He tenido muy claro que tenía que familiarizarme con mi problema ocular,
de tal manera que he podido recuperarme lo suficiente como para seguir
funcionando sin ningún tipo de dependencia. Actualmente mi visión es del 80 %,
cuando había llegado a tenerla de tan sólo un 40 %.
Quiero animaros, desde este blog, y deciros que la mente
humana es tan potente que puede cambiar el rumbo de cualquier situación. No
sólo me refiero a patologías físicas. Cualquier anhelo y deseo que persigamos
con intensidad pone en marcha los mecanismos de nuestro cerebro junto con la
potencia espiritual de nuestra alma. Ambos pueden alterar la expresión e
incluso la estructura de nuestro ADN, favoreciendo un cambio inesperado más
allá de cualquier diagnóstico médico.
Os quiero animar a que descubráis vuestra enorme capacidad
de autorregeneración. Poned en marcha vuestro corazón, vuestra energía, vuestra
alma y vuestra inteligencia. Podéis convertir el abismo en luz y la noche
oscura en día luminoso. Os invito a seguir leyendo y explorando mi blog. Quiero
compartir todo cuanto estoy aprendiendo. No quiero caer en positivismos
ingenuos, pero el ser humano es capaz de conquistar grandes cimas, entre ellas
la salud cuando se ha perdido.
Busca los mejores médicos. Rodéate de los mejores amigos.
Explora en tu interior, saca lo mejor de ti mismo y la recuperación se pondrá
en marcha. La curación está en ti.
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