El optometrista Marc Grossman ha diseñado un programa de
ejercicios que, combinados con la respiración y algunos estiramientos, ayudan a
mejorar la agudeza visual. En personas con miopía, presbicia, astigmatismo, e
incluso con problemas más graves, como degeneración macular, estos ejercicios,
practicados con regularidad, han logrado incrementar su capacidad visual desde
un 15 a un 75 %.
En un DVD muy pedagógico Marc Grossman ofrece un programa de
ejercicios visuales junto con el instructor de yoga Daniel Orlansky. Hay cuatro
básicos, que él llama las cuatro B, por sus siglas en inglés que voy a explicar
aquí.
B de “breathing”, o respiración.
Respirar bien es básico para oxigenar el cuerpo entero, pero recordemos que los
ojos requieren de 25 veces más oxígeno que el resto de tejidos del cuerpo. Ojos
y cerebro son auténticas aspiradoras de oxígeno: unas cuantas respiraciones
profundas son aconsejables siempre. Hay que inspirar por la nariz, llenando
bien la cavidad torácica y el abdomen, y espirar por la boca, vaciando al
máximo los pulmones, sintiendo que el vientre se contrae y el pecho baja.
Varias respiraciones profundas son la mejor manera de refrescarnos en cualquier
momento de tensión y el mejor calentamiento para los ejercicios.
B de “blinking”. Es el parpadeo:
se trata de parpadear repetidamente. Al abrir y cerrar el párpado, estamos
lavando la superficie del ojo y dando un respiro a nuestra visión. Grossman
aconseja detenernos a parpadear varias veces al día, y siempre que sintamos la
visión irritada o cansada.
B de “brushing” o barrido.
Se trata de aumentar la movilidad de los ojos, desplazando el foco de atención
de un lado a otro. Hay dos maneras de mover los ojos. Con la cabeza inmóvil,
haremos movimientos solo con los ojos, de arriba abajo, de un lado a otro y
rotando. Podemos ayudarnos estirando un brazo y levantando el dedo pulgar.
Entonces iremos moviendo el brazo de un lado a otro, de arriba abajo, en
diagonal y haciendo círculos. Seguiremos el pulgar con la vista sin mover la
cabeza; esto nos obligará a desplazar el ojo, activando sus músculos.
Ya tenemos los ojos oxigenados, lavados, ágiles con el
movimiento de barrido… queda la última B, de “beaming”, o irradiar luz. Se trata
de algo tan simple como sonreír.
Sonreír, no solo con los labios, sino especialmente con los ojos. ¿Cómo se hace esto? ¡Simplemente pruébalo! Pon tu
intención en la vista y sonríe con la
mirada. La sonrisa es una terapia poderosa.
Respira, parpadea, mueve tus ojos, sonríe. En unos diez o
quince minutos de ejercicios se nota la diferencia: además de un mayor
bienestar y relajación, la vista realmente queda renovada y fortalecida. Si
esto se practica con asiduidad, el Dr. Grossman asegura que se experimentan
cambios asombrosos. La vista no es un sentido fijo, sino variable. La tensión o
el cansancio pueden quitarnos agudeza visual en cuestión de horas. Descansar y
hacer unos ejercicios nos puede devolver la nitidez en pocos minutos. Vale la
pena conocer estos ejercicios y practicarlos. Como cualquier otra parte del
cuerpo, nuestros ojos necesitan gimnasia, mimo y movimiento, más allá de los
cuidados farmacológicos y quirúrgicos.
Esta es la página web del Dr. Grossman: http://www.naturaleyecare.com/
Y en este
vídeo de tan sólo dos minutos muestra algunos ejercicios para vistas
“empantalladas”: https://youtu.be/W10j2fL0hy0
muy interesante muchas gracias por compartir conocimientos.
ResponderEliminar