domingo, 13 de octubre de 2013

Buscando alternativas: el oxígeno

El hecho de tener que pincharme en el ojo cada pocos meses me llevó a seguir buscando formas de mejorar mi salud integral con terapias complementarias, siempre aconsejado por terapeutas o doctores amigos.

Todos sabemos que nuestro cuerpo necesita oxígeno para poder generar energía. Tomamos oxígeno por los pulmones, por la piel y por el agua y los alimentos que ingerimos. El oxígeno se transporta por la sangre y mantiene en buen funcionamiento los tejidos y, por tanto, los órganos. Una falta de oxigenación provoca un envejecimiento de los tejidos, lo que se llama “estrés oxidativo”, y un deterioro progresivo del organismo. En mi caso, el trombo ocular provocó que una zona del ojo quedara poco oxigenada o “isquémica”.

Si el cuerpo necesita oxígeno, el cerebro necesita cuatro veces más que el resto del organismo. Pero los ojos, ¡necesitan veinte veces más oxígeno! Por tanto, una buena oxigenación es vital para mantener la visión.

Una forma de oxigenar es hacer deporte, sobre todo de tipo aeróbico, que te haga sudar. Correr, caminar a paso ligero o la bicicleta son buenas opciones. El movimiento de la sangre y la necesidad de respirar con más intensidad favorece la toma y la circulación de oxígeno.

Otra buena práctica es la respiración consciente. Hay varias técnicas, pero lo esencial en todas ellas es:
  • Practicar respiraciones profundas de 10 a 15 minutos cada día.
  • Inspirar y espirar siempre por la nariz.
  • Seguir un ritmo. Contar hasta seis inspirando, retener el aire en tres y soltar suavemente contando hasta nueve.
  • Vaciar completamente los pulmones al espirar y aguantar un segundo o dos antes de volver a inspirar.
  • Respirar con el abdomen: no debe hincharse el pecho, sino el vientre, sintiendo cómo el aire entra hasta el último rincón de los pulmones.
  • Todo esto, sin forzar ni tensar, en postura erguida, de pie o sentados con la espalda recta y las manos sobre los muslos. También se puede hacer tumbado boca arriba sobre una colchoneta, de manera que el cuerpo esté relajado.
  • Lo ideal es practicar las respiraciones en un lugar donde el aire esté lo más puro posible. En las ciudades, podemos buscar jardines, ir a la playa, una montañita… Y también mirar las horas en que hay menos tránsito y contaminación.

Hay alimentos que aportan oxígeno, los llamados “antioxidantes”. En especial, los cítricos y las frutas rojas y naranjas: granada, uva, mirtillo y frutas del bosque, ciruelas, kiwi. Las bayas goji son un super-alimento con un alto poder antioxidante. De las hortalizas, son buenos el ajo y la cebolla, las verduras de hoja verde, la zanahoria, la remolacha, la calabaza, el tomate. El aguacate y los frutos secos contienen mucha vitamina E, la grasa antioxidante por excelencia. Pero el antioxidante más potente es el cacao. Ojo, no el chocolate adulterado con leche, azúcares y grasas añadidos. Mejor comprarlo natural, sin azúcar y mínimo que contenga 70 % cacao.

Aunque tengamos buenos hábitos, pueden darse situaciones de carencia o de necesidad especial de oxígeno, sobre todo entre las personas que vivimos en ambientes contaminados. Además, las frutas y verduras no ecológicas, cultivadas con fertilizantes y en terrenos empobrecidos, no siempre proporcionan todos los nutrientes que deberían. Por eso puede ser necesario ayudar con algún aporte extra de oxígeno. En este sentido, conocí unos productos que, tomados en gotas y jarabe, aumentan el oxígeno en sangre. Los tomé durante una temporada y sentí mejoras y un mayor bienestar general.

Además, en casos especiales de gente con problemas respiratorios o que sufra isquemias puede ser interesante contemplar alguna de estas terapias, siempre previa consulta médica:

1 comentario:

  1. Joaquin recuerdas que productos eran estos en gotas y jarabe que aumentan el oxigeno en sangre, pues me gustaría saberlo.
    Recibe un gran saludo i

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