A un año y ocho meses de mi última inyección, puedo decir
que mi vista ha ido estabilizándose, aunque he tenido algunas fluctuaciones. Pueden
ser debidas al estrés, a situaciones emocionales concretas, incluso a los
cambios de tiempo, frío, calor… Aunque realmente haya logrado llegar a este
periodo tan largo, el ojo sigue siendo muy sensible y tengo que estar muy
alerta.
Pero no me rindo. Seguiré luchando e investigando. Sé que
cada día se están produciendo avances científicos y nuevos hallazgos. Quizás
algunos tarden en convertirse en terapias efectivas. Pero mientras tanto,
exploro lo que hay e intento mejorar cada día. Finalmente, el cuerpo humano
todavía guarda muchos misterios que la ciencia médica no ha resuelto. Está íntimamente
ligado a nuestra psique, y en este campo las posibilidades son infinitas e
insospechadas. Más allá de la ciencia y de las terapias hay factores que pueden
ayudar y producir un cambio positivo.
En resumen, creo que mi mejora visual y el haber podido
llegar a casi un año y nueve meses sin tener que inyectarme, se debe a seis
factores clave:
-
cuidar lo que entra por la boca, la
alimentación,
-
cuidar lo que sale de tu cabeza, los
pensamientos y las emociones;
-
controlar la tensión sanguínea y la ocular;
-
controlar el colesterol;
-
controlar el estrés.
Y, finalmente, si estás en una situación similar a la mía,
te diría: no pierdas de vista que tienes una vida, tu vida tiene un propósito y
hay unas personas a quienes querer y que desean tu salud. Esto es suficiente
motivación como para luchar por tu visión cada día. ¡Ánimo!
Hoy aprovecho para recomendaros “Cuida tu vista”, una web muy práctica y
llena de buenos consejos para cuidar vuestra visión. Su autor es el
optometrista Ramón García, y entre otras cosas ofrece talleres on line para
aprender cómo funcionan nuestros ojos y cómo cuidar la vista.