Además de la alimentación y la respiración, mi amigo
naturópata me aconsejó que hiciera ejercicio. Y un día comencé a leer un libro
revelador: El cuerpo tiene sus razones,
de Thérèse Bertherat. Esta mujer
francesa, después de sufrir una grave pérdida en su vida, comenzó a descubrir
de la mano de varias profesionales una nueva terapia que ayuda a recuperar la
salud mediante el trabajo corporal: destensando los músculos bloqueados durante
años y favoreciendo así la liberación de tensiones, una mejora de la
circulación, del funcionamiento de los órganos vitales y también un desbloqueo
de emociones enquistadas. Pues los músculos guardan memoria de todos los
traumas y nudos emocionales que la persona va acumulando en su trayectoria
vital.
Thérèse
Bertherat, discípula de François Mézieres, otra gran fisioterapeuta, ha
creado un método propio, conocido como antigimnasia. ¿Por qué se llama
así? Es una réplica a los ejercicios gimnásticos que, lejos de mejorar el
cuerpo, incrementan la tensión y la contracción muscular, generando con el
tiempo dolencias y lesiones en huesos y articulaciones. La anti-gimnasia no se
opone al ejercicio físico, pero sí a las prácticas bruscas, forzadas y
agresivas. Propone una serie de dinámicas que consisten en estirar los músculos
de todo el cuerpo y lograr que este recupere su forma natural, con elasticidad
y la máxima movilidad. Esto va acompañado de un proceso de liberación emocional.
Porque cuerpo y alma están indisolublemente ligados. Cito una frase suya: «Antes
de lanzaros a la práctica de ejercicios con frecuencia deformantes, antes de
copiar una forma corporal prefabricada, una forma que no es la vuestra,
aprended a reconocer vuestra forma corporal auténtica, precisa y bella».
Después de leer este libro, busqué por Internet si en
Barcelona había alguien que ejerciera esta disciplina y encontré tres
direcciones. Escribí a las tres y me puse en contacto con la que me respondió
primero. Así conocí a una excelente terapeuta que hoy es también una buena amiga,
Dolors Montpeat. Ofrece talleres de antigimnasia, tanto individual como grupal,
en su estudio de la Ronda de Sant Pere. Esta es su página en Facebook:
En mi primera entrevista con ella supe que la antigimnasia
podía ayudarme a mejorar la vista. Al desbloquear músculos de la espalda, el
cuello y la cara, favorece la circulación periférica, especialmente en la zona
del cráneo, lo cual aumenta el riego sanguíneo del sistema visual y su
oxigenación.
Con Dolors descubrí partes de mi cuerpo que nunca había
activado: los micromovimientos me permitieron movilizar los músculos de la
cara, de los dedos de los pies, de la boca… Me di cuenta de qué poco nos conocemos
y qué anquilosados estamos. Saliendo de las sesiones me sentía
siempre muy ligero, con amplitud de movimientos y una sensación de liberación
muy positiva, tanto física como emocional.
Durante más de un año acudí a las sesiones de antigimnasia.
Luego, por motivos de trabajo tuve que espaciarlas, pero en casa he continuado
practicando ejercicios que me enseñó Dolors, y que siempre me han ido muy bien.
Padre Joaquín! mega hiper gracias, gracias gracias por los comentarios de BUENA SALUD que nos educa y ayuda en nuestro diario vivir.
ResponderEliminarQue nuestro amado Dios, Virgen Maria, Ejército Celestial y Universo le colmen de infinita salud, bendiciones, éxitos y +